Introducción
Cuando se consume un psicodélico, se produce una experiencia alterada de consciencia que puede ser difícil de describir o interpretar desde la experiencia intersubjetiva, es decir, algunas de las manifestaciones de la experiencia psicodélica son muy variadas y diferentes de persona a persona y de situación a situación. Algunas de las alteraciones son la disolución del ego, cambios en las sensaciones del cuerpo, en la percepción de emociones.
Dentro de los factores que influyen en esa experiencia subjetiva del consumo de psicodélicos están las experiencias de vida, la visión de mundo y el escenario donde se consume. Y por supuesto también influye el compuesto químico en sí, ya que existen variaciones entre cosechas, producción, almacenamiento, etc. Situación que se mantiene por la falta de regulación de estas sustancias.
A pesar de lo anterior se ha logrado investigar algunas de las moléculas psicodélicas clásicas, por ejemplo, psilocibina, mezcalina, LSD, DMT (todas sustancias que producen algún efecto alucinógeno). Y estas sustancias se han vinculado con receptores de serotonina en el cerebro (5-HT2A), el neurotransmisor de la felicidad, esa sustancia que ayuda a que nuestras neuronas se comuniquen mejor y transmitan señales a otras zonas del cerebro sobre sentir energía, felicidad, gratitud, plenitud, curiosidad.
Método
En este estudio se analiza el mecanismo de acción según actividad funcional de los receptores en la corteza del cerebro humano bajo los efectos de sustancias alucinógenas, incluyendo en esa sombrilla además de los alucinógenos clásicos anteriormente mencionados a la ketamina, MDMA, ibogaine, salvia divinorum, ya que estas sustancias no interactúan o lo hacen de forma mínima con el receptor de la serotonina 5-HT2A. Se busca en este estudio encontrar los comunes denominadores de la experiencia subjetiva a nivel de conocer los receptores que se activan en el cerebro y que producen esas diferencias subjetivas.
La investigación aborda una perspectiva de estudio macroscópica, en la que se evidencia redes funcionales en el cerebro que se alimentan y realimentación de las funciones de la sensación y de la integración o percepción de alto nivel. Las sensaciones son aquellas experiencias corporales que viene de los sentidos, por lo tanto, se refiere a los estímulos ambientales, por ejemplo, saborear un mango verde. La percepción, otra función cerebral, es más compleja a nivel cognitivo ya que conlleva que realicemos una integración de estímulos, los comparemos con experiencias previas, analicemos posibles resultados y generemos una acción. De esta manera la percepción se vale de la sensación y de los conocimientos previos para hacer sentido de una situación o experiencia que estemos viviendo.
En este estudio se hipotetiza que parte de la experiencia psicodélica que resulta terapéutica está asociada a un cambio en el procesamiento sensorial permitiendo el ingreso de más información sensorial, la disolución del ego, y la reducción de los prejuicios de alto nivel o creencias sobre el mundo, sobre nosotros mismos y las cosas que hemos vivido. De esta manera somos capaces de sentir más y con mayor apertura mental a diferentes perspectivas.
Se logró en el estudio diseñar un modelo funcional de activación de esos receptores de serotonina para vincularlos con experiencias alucinógenas subjetivas, en una muestra de 6850 personas, de las más grandes que se ha empleado en un estudio como este. Logran describir un terreno anatómico para la experiencia subjetiva de los estados alterados de consciencia, que agrupan en 8 factores funcionales de la experiencia psicodélica con polos opuestos.
Resultados
Se logró graficar comunalidades o regularidades entre la experiencia subjetiva de consumo de psicodélicos de la población participante, mediante un proceso de aprendizaje de patrones con machine learning (aprendizaje de máquina) derivado del análisis de relatos fenomenológicos de las personas participantes. Cada patrón es un factor que agrupa comportamientos del cerebro, según la huella de neurotransmisores que produce y según el contexto particular de la experiencia. Es decir, se asocia el setting o contexto, con la huella de activación en las neuronas que deja cierto transmisor y se mapea anatómicamente la experiencia alucinógena viendo cuáles receptores de serotonina se activan.
Este mapeo resulta en factores que explican aspectos de la experiencia psicodélica y que se pueden visualizar a través de patrones neurales o huellas de conexiones. Descubrieron que estas se mueven entre zonas adyacentes del cerebro en las áreas de la corteza cerebral, y que entre las áreas que nos impulsan a la acción se suelen replicar las conexiones en ambos hemisferios, tanto para el lado derecho como el izquierdo. El estudio aplicó una técnica de análisis documental a través del “machine learning” o aprendizaje de máquina para sistematizar y encontrar factores comunes en la experiencia psicodélica subjetiva y fuera del laboratorio con 6850 personas, indagando hasta 27 sustancias. Se apunta a generar un mapa funcional anatómico de 40 receptores de neurotransmisores ubicados en todo el cerebro humano. En este análisis no se puede abarcar la riqueza del artículo original, pero se insta a quienes deseen profundizar en las zonas y funcionalidades químicas y comportamentales de los receptores y las sustancias que acudan al artículo original.
El primer factor que identifican se asocia a la experiencia psicodélica sensorial de nausea, visuales, fatiga, necesidad de sueño. Se incluye en este factor la experiencia interoceptiva y exteroceptiva. Estos son otros sentidos que los humanos tenemos, el primero nos indica el estado interno del cuerpo y la segunda nos da información de lo que sentimos fuera del cuerpo como el calor, frío, presión. Y se relacionan con la activación de los receptores 5-HT2A principalmente, aunque también con otros. Una de las sustancias que más activa estos receptores y patrones neurales es el 5-MEO-TMT. Estas experiencias se asocian con zonas de procesamiento cognitivo básico, estando más relacionadas con experiencias sensoriales.
El nivel opuesto de este factor se caracterizó por sensaciones y experiencias relacionadas con lo místico, por ejemplo, la expansión de consciencia, percepción de la existencia, conectar con dimensiones alternas. A nivel físico, se asoció con experiencias corporales como la respiración y la expansión. Y se registró la activación de los receptores D1, 5-HT7, KOR, 5-HT5A, entre otros. Las sustancias que más activaron este patrón fueron el DMT, salvia, 5-MEO-DMT y ketamina. Este patrón se observó en áreas como la corteza asociativa, la corteza cingulada anterior y posterior, que son zonas que están implicadas en el procesamiento emocional de situaciones.
El segundo factor se constituyó de activación de zonas relacionadas con las experiencias positivas personales o relacionadas con otras personas y emociones como amor, grandiosidad, felicidad. Sin embargo, también se incluye la activación de zonas de las emociones opuestas tristeza, aburrimiento, desesperanza. Algunos de los receptores que producen estos efectos son el 5-HT2A y Alpha2A, en las zonas del lóbulo parietal, la corteza visual y otras. Las sustancias que más activan estas respuestas neurales son el MDMA, NBOMe, entre otras.
En el lado contrario, se asociaron alteraciones y perturbaciones auditivas como sonidos, zumbidos, tonos extraños. Se activó los receptores 5-HT1A y es la sustancia DiPT el psicodélico que genera como efecto principal alucinación auditiva y no visual.
En el tercer factor se encuentra una estimulación principal de los receptores serotoninérgicos (5-HT2A, 5-HT2C, 5-HT1A) que producen las alteraciones visuales como principal característica. La activación se resalta en zonas visuales y adyacentes asociativas en el lóbulo parietal. Y se asocia con sustancias como el 2C-C y el 5-MEO-TMT. En este factor también se observa la activación de receptores de calcio que producen la vinculación con sentimientos como la depresión, la pérdida, y las sustancias que más lo producen son el MDMA, DiPT.
El cuarto factor se asoció con experiencia somática o corporal, por ejemplo euforia, energía, visuales y se asoció con los receptores serotoninérgicos y adrenalínicos estimulados por triptaminas como el DMT. En el extremo opuesto de este factor se encuentra asociaciones con experiencias no placenteras como entumecimiento, disociación, mareo. Las sustancias que más activan este patrón son ketamina, mezcalina, salvia, psilocibina y activan los receptores NMDA, KOR, Sigma-1; en áreas como corteza visual, somatosensitivas y motoras.
El quinto factor está asociado a lo anterior, pues recopila las experiencias que producen sensaciones de confort o disconfort, por ejemplo el dolor. Se asoció con el funcionamiento de los receptores 5-HT1A, Sigma-1, and NMDA, asociado con ketamina, 2C-C y 5-MEO-DMT. El extremo del quinto factor se vinculó con la experiencia de elementos naturales y perceptuales, como formas, entidades, rostros. Estas reacciones se activan por la estimulación de los receptores de la serotonina y producidos por sustancias como el LSD, mezcalina, psilocibina.
En el sexto factor se agrupó las sensaciones de euforia y relación con patrones visuales agradables y sensaciones corporales placenteras. Los receptores que se vieron estimulados con este patrón fueron los de serotonina, adrenalina, noradrenalina y las sustancias que los producen son el DMT, 2C-C, entre otras. Como es de suponer el polo opuesto en este sexto factor son los sentimientos de miedo intenso, que puede estar asociado a la experiencia de trascendencia activando receptores serotoninérgicos, producidos por las sustancias 5-MEO-DMT, ibogaine, mezcalina.
En el sétimo factor se agrupan las características del contexto físico de la experiencia psicodélica y a algunas características socioemocionales de ese contexto. Se activó en este caso los receptores de serotonina (5-HT1B, 5-HT1D, 5-HT7, 5-HT2A, 5-HT2C, y 5-HT6) y lo producen sustancias como el LSD, psilocibina, NBOMe. En el opuesto del factor se identifica las reacciones, pensamientos o sensaciones vinculadas con el proceso de sanación terapéutica, por ejemplo, cambios psicosomáticos favorables. Se estimulan los receptores Sigma-2, opioides, entre otros y se estimulan por sustancias como el ibogaine. Curioso que algunas de las zonas del cerebro que se activan con este patrón están relacionadas con la experiencia subjetiva del trauma y la propiocepción del cuerpo, algunas son la corteza cingulada, corteza prefrontal dorsolateral.
El último factor, octavo, también agrupa una serie de reacciones en dos polos opuestos; por un lado, la activación de reacciones corporales placenteras como las relaciones, la felicidad, la euforia y un grupo de reacciones adversas como el temor, la tensión, ansiedad. Y se identificó con experiencias basadas en años de vida que estimulan los receptores 5-HT1A, 5-HT1B y D3, producidos por sustancias como el 2C-C, salvia. En el borde opuesto se encuentra las sensaciones que producen vómito, náusea; se ha asociado con experiencias psicológicas de violencia, daño y se localiza en las zonas visuales o en la percepción visual.
Referencia
Ballentine, G.; Freesun Friedman, S. y Bzdok, D. (2022). Trips and neurotransmitters: Discovering principled patters across 6850 hallucinogenic experiences. Sci. Adv., 8, pp. 1-15. Recuperado de https://www.science.org/doi/epdf/10.1126/sciadv.abl6989
Artículo escrito por: M.Ps. Massiel Arroyo Sibaja
Increíble blog y estudio, gracias por compartirlo.